Sabadina, 16 Mayo 2009
Nunca pensé que la primavera era tan maravillosa, y que desearía tanto la llegada del verano. Vivo momentos de percepción y observo desde mis retinas: color, calor, pero sobre todo, luz.
Luz no sentida durante tiempo, luz espléndida, luz que me guía en este nuevo camino.
Mis sentimientos se encuentran a flor de piel, siento como mi cuerpo se eriza y experimenta sensaciones nuevas. Deseo experimentar con la piel, con las manos, con los dedos, con los labios. Ha llegado el momento de florecer, madurar e incrementar el sentido del tacto combinado con el del olfato. Ambos me ayudarán a evocar y definir mis nuevas emociones.
La primavera invita a disfrutar, salir a la calle y olvidarse del frío invierno.
Telma