Sabadina, 30 Agosto 2008
Reflexiones estivales.
Good Sisters
Querida Martina:
Me gustaría que las cosas fuesen distintas. Alabo tu entusiasmo para protejerme y ayudarme. Tiene que resultarte difícil, tremendamente complicado luchar por mi bienestar cuando yo suscito continua oposición. A menudo percibo la sensación que desde tu posición quieres salvarme, mantenerme alejada del monstruo que me acecha constantemente.
Te lo agradezco infinitamente, pero puede que no busque tu amparo. Tienes razón con la mayoría de las cosas que diariamente intentas trasladarme, quizás deberías dejar mantenerme en esa melancolía, en este estado en el que me encuentro, estoy bien, es dulce.
No demando apoyos porque es probable que me arrepienta, siento que esa ayuda se convierte posteriormente en justificación, seguida de crítica, y no siempre constructiva. No necesito réplicas, mi penitencia es la autoflagelación y convivir con ella ya es bastante.
Desconozco que tipo de ayuda necesito pero si discierno aquella que me perturba. Sólo reclamo tu incondicionalidad y que respetes mi forma de pensar y actuar. Puede que no sean las adecuadas.
Cambiar de actitud resulta complicado, pienso que de todo ésto ha surgido un enriquecimiento en mi crecimiento personal. Quiero seguir siendo como soy.
Mis sentimientos actuales no son puros ni limpios todo lo contrario son y están confusos. Mi momento no es el óptimo, mi psique se halla agotada. Y lo que más me preocupa vivo contenida.
Carezco de naturalidad, del disfrute de la vida y es algo que quisiera algún día alcanzar. Deseo libertad para ejecutar mis deseos.
Tú y los demás queréis verme sonreír. Yo también lo quiero. Llegará el día.
Sólo quiero que todo fluya, sin presión. Porque lo que tenga que ser, será cómo tenga que ser.
Gracias, a ti.
Telma